jueves, 7 de julio de 2011

Los Minotauros

Nombre del Capítulo: Minotauros
Fundación: Sin confirmar; se cree que puede ser la 21ª Fundación [también conocida como la Fundación Maldita, M36]
Mundo natal: Basado en una flota.
Fortaleza-Monasterio: La Nave-Reliquia “Daedelos Krata”.
Semilla genética (predecesor): Desconocido/Clasificado.
Descendentes conocidos: Ninguno.

“La bestia, la bestia de bronce en la oscuridad, pisadas, nunca se cansó, ¡siguió acercándose! No tuvimos ni una oportunidad… allí donde fuéramos no podíamos escapar, ¡no podíamos escapar!” Testimonio de Hedrith Blaine, único superviviente de Jurah-17, colonia minera, Larsha Tertius.

Los Minotauros son un Capítulo de Marines Espaciales con una reputación brutal en todo el Imperio y que largo tiempo han tenido que sufrir la sospecha y acritud de otros Capítulos de Marines Espaciales. Incluso hay quien, desde el Ordo Hereticus, piensa que mantienen unos lazos desconocidos con los Altos Señores de Terra que encuentran inquietantes, cuando menos.

Se puede rastrear con certeza gran parte de la historia de los Minotauros de los últimos miles de años a través de una miríada de informes de guerra y archivos de batalla de todo el Imperio, pero su historia más remota no es que simplemente se haya perdido, sino que ha sido deliberadamente oscurecida y sellada bajo edictos que ni siquiera un Inquisidor puede abrir o sortear fácilmente. No se rebate que un Capítulo con el nombre de “Minotauros” fue creado en la 21ª Fundación, pero lo que ya no está tan claro es si se trata del mismo Capítulo que, bajo ese nombre, tomó parte en la sofocación de la Herejía de Macharius de las primeras décadas del M41 (y el mismo Capítulo que luego desempeñaría un papel tan crucial como sangriento en la Guerra de Badab).

Los Minotauros de la 21ª Fundación se labraron rápidamente una reputación de fiereza y furia inigualables. En el campo de batalla, sus Marines Espaciales se abstenían de cualquier tipo de combate que no les permitiera llegar a trabarse con el enemigo tan rápido como fuera posible. Esta fuerza tan altamente independiente, casi rozando el fanatismo, era conocida por su capacidad de responder rápidamente a las llamadas de ayuda de mundos imperiales invadidos o bajo asedio, pero también era famosa por rehusar formar parte de cualquier plan estratégico más amplio.

Habitualmente su presencia en el campo de batalla venía anunciada por el comienzo de un asalto masivo sobre su objetivo elegido sin preámbulos o ni siquiera un reconocimiento, arrojándose contra el enemigo sin preocuparse por las pérdidas o el coste. Una vez agotada su furia, los Minotauros se retiraban tan rápidamente como habían llegado, mientras que en la misma situación táctica, de otro Capítulo más convencional se esperaría que consolidara la posición o se preparara para un contraataque.

Aunque los asaltos de los Minotauros habitualmente no dejaban más que un enemigo aplastado y desorientado, los comandantes imperiales y otros Capítulos de Marines Espaciales encontraban a los Minotauros demasiado impredecibles y una fuerza en la que poco se podía confiar, prefiriendo aliados con un carácter más estable. Con el tiempo, su tendencia a despreciar el mando de otros y su inconstante diezmo de semilla genética al Magos Invigila, junto con las diversas maldiciones que parecían afligir a otros Capítulos de su misma Fundación, levantaron las más oscuras sospechas sobre la naturaleza de los Minotauros y los secretos que podían estar escondiendo.

En los registros fragmentarios que se conservan a día de hoy, la semilla genética del Capítulo aparece etiquetada como “Quimérica”. Esto, blasfemo como puede parecer ahora, puede indicar que sus fuentes procedían de una fuente prohibida, mezclada, adulterada o alterada genéticamente de alguna forma durante su creación. Es sabido que se llevó a cabo algún tipo de experimentación secreta de este tipo con algunos vástagos de la 21ª Fundación, y algunas anotaciones revelan que los Minotauros podrían estar entre aquellos que fueron modificados de una u otra manera.

El desastre por la arrogancia de los Magos Biologis de la época quedó patente con la ruina de muchos de los Capítulos nacidos en la 21ª Fundación, que sucumbieron a daños psicológicos o lo que es peor, monstruosas alteraciones genéticas, que condujeron a su disolución o destrucción en los milenios siguientes. Se cree que la furia apenas controlada de los Minotauros y su deseo de rehuir a aquéllos que deberían haber llamado camaradas era el resultado de una particular maldición de su sangre, aunque se desconoce si esta aflicción les dominó o si fueron ellos quienes la dominaron. Sea como sea, desde mediados del M38 en adelante, los Minotauros desaparecieron de los registros imperiales y sus logros y honores de batalla fueron borrados por una serie de edictos y purgas de datos.

Cuando los Minotauros volvieron a aparecer de nuevo por primera vez milenios después, durante la supresión de la Herejía de Macharius, eran un Capítulo a la vez familiar por su reputación y profundamente cambiado. Equipados con los máximos estándares a los que puede aspirar un Capítulo de Marines Espaciales, lucharon como una fuerza integrada y altamente flexible, basados en una poderosa flota capitular compuesta por más de una docena de cruceros de ataque.

No menos brutales que lo que sugería su antigua reputación, lucharon en lo que de todos modos se consideró una forma más considerada y controlada que lo que narraban los relatos de antaño del Imperio. En primer lugar desplegaron una vanguardia para atraer a sus enemigos al combate; entonces desplegaron unidades rápidas para rodearles y asegurarse de que no habría escapatoria antes de liberar sobre ellos toda la potencia de fuego y unidades acorazadas del Capítulo para aplastar al enemigo sin piedad.

Los Minotauros todavía eran muy autónomos e iban donde deseaban, pero parecían más propicios a operar dentro de una estructura de mando de la maquinaria de guerra imperial en mucha mayor medida de lo que sugería la distante historia del Capítulo. Tanto durante la Herejía de Macharius como en varias ocasiones posteriores desde entonces han respondido rápidamente y sin preguntar a una llamada a las armas de los Altos Señores, incluso cuando ha sido para emprender acciones punitivas, aprehender o incluso destruir Marines Espaciales renegados o sobre quienes penden sospechas de ello.

Esto les ha granjeado una reputación siniestra entre otros Capítulos, y de hecho los Ultramarines y sus Capítulos sucesores son conocidos por guardar un gran resentimiento contra los Minotauros y por no haber vuelto a luchar junto a ellos tras la casi exterminación del Capítulo de los Originadores en Euxcine.

Desde su regreso a la actividad pública, algunos estudiosos del Collegium Munitorum que han estudiado las acciones del Capítulo han advertido notorias discrepancias entre el actual Capítulo de los Minotauros y el del pasado, tanto en términos de estructura y comportamiento como en minucias, como la heráldica. Todas las posibles conclusiones no son más que especulaciones, así como las relativas al origen de la semilla genética, cuyos diezmos son registrados, pero permanecen bajo clasificación del más alto nivel.

Algunos comandantes imperiales que han tenido contacto cercano con el Capítulo desde su reaparición han dicho de ellos que los consideran unos guerreros melancólicos y malignos, lejos de ser un epítome de honor y rectitud, y los Marines Espaciales del Capítulo como individuos que irradian un aura de resentimiento y malicia a duras penas contenidas, provocando miedo y aprensión en todos menos en los de corazón más duro. Hay quien ha ido más lejos, apuntando una veta de locura en los Minotauros, y describen las defensas y medidas de seguridad que adoptan, incluso cuando combaten junto a supuestos aliados, como obsesivas, rayando lo paranoico. Dados sus muchos enemigos tanto dentro como fuera del orden de batalla del Imperio, quizá esto no sea tan sorprendente.

Como Capítulo, los Minotauros parecen mostrar muy poco respeto por nada o nadie, salvo el Dios Emperador y los Altos Señores, hacia quienes profesan una lealtad fanática e indubitada, pero muestran odio a raudales por todo lo demás. En sus tratos con comandantes imperiales o con otros Capítulos de Marines Espaciales, no han mostrado el más mínimo aprecio por el civismo o la deferencia, pero se advierte una cierta complacencia en contrastar sus habilidades contra las de enemigos que valgan la pena, y quizá consideran a sus compañeros Astartes como especialmente dignos. Éste fue particularmente el caso de un incidente bien conocido antes del decimocuarto asedio de Antígonis, cuando un Capitán de los Minotauros provocó deliberadamente un combate singular entre él y un Capitán del Capítulo Génesis al insultar a Marneus Calgar y a aquéllos que le “adulaban servilmente”.

Las relaciones entre ambos Capítulos se deterioraron con rapidez, y el conflicto sangriento entre ellos tan sólo se evitó por la llegada de una oleada de asalto fresca de Orkos el Imperio Octariano, que obligó a luchar con denuedo nuevamente en el frente. Dada lo que parece una predilección por probarse a sí mismos contra sus compañeros Marines Espaciales, no resulta entonces sorprendente que los Minotauros hicieran su aparición en la Guerra de Badab en respuesta a la petición de ayuda del Legado Inquisitorial Frain.

Los Garras Astrales y otros Capítulos secesionistas eran en realidad dignos rivales y, aunque las victorias de los Minotauros durante el conflicto, especialmente la laureada derrota de los Lamentadores en Óptera, tuvieron gran relevancia en el balance de la Guerra de Badab, estos triunfos poco han hecho para mejorar la reputación del Capítulo.

ORGANIZACIÓN

En términos organizativos, los Minotauros siguen el Codex Astartes tanto en estructura como en escuadras, pero difieren de manera significativa a nivel táctico en cuanto su enfoque general de la guerra. El Capítulo prefiere actuar en conjunto, o por lo menos en cuantas menores divisiones sea posible en cualquier teatro de guerra, concentrando, y por tanto maximizando, su poder destructivo. Ésta es una estrategia que ha permitido a los Minotauros destacar en el asedio y en el combate contra rivales monstruosos, a los cuales pueden superar por el mero peso de los números si fuera preciso.

A diferencia de la mayor parte de Capítulos de Marines Espaciales, las tácticas clave de los Minotauros dependen en parte del uso de un mayor desgaste en un área de combate concreta, y los comandantes del Capítulo se despreocupan quizá un poco más de la suerte de sus Hermanos de Batalla considerados individualmente, mientras se obtenga la victoria. Junto con su capacidad de sacrificar su propia carne y su propia sangre para asegurar la consecución de sus objetivos, los Minotauros ven reforzado su patrón de combate por dos factores significativos.

El primero es su excelente suministro de armas pesadas y maquinaria de guerra, y el segundo y quizá más importante es su notorio flujo de nuevos Hermanos de Batalla para reemplazar las pérdidas. La fuente exacta de su material de guerra permanece sin confirmar, pero se les ha visto operar con un amplio arsenal de tanques y armamento pesado (lo cual permite a las Compañías de Batalla del Capítulo hacer un uso extensivo de Vindicators y Predators como vehículos de apoyo táctico), mientras que los Hermanos de Batalla de los Minotauros han mostrado tener un amplio acceso a las avanzadas servoarmaduras Mk.VIII y habitualmente pueden desplegar a gran parte de su Primera Compañía como Exterminadores.

Los informes inquisitoriales que han sido llevados a cabo sobre los Minotauros tras su papel en la defensa de Antígonis indicaban que la velocidad de transición entre Neófito, Explorador e Iniciado pleno en el Capítulo era breve comparada con la de otros muchos Capítulos. Esto se explicó por la evidencia del uso de niveles extremadamente elevados de psicoindoctrinación y cirugía neurocerebral en el Capítulo.

Este programa aceleraba la progresión de los reclutas y continuaba durante el despliegue como tratamientos continuos pare reforzar el condicionamiento mental, administrados por los Apotecarios del Capítulo. Estas técnicas, si bien no son heréticas en sí mismas ni se encuentran prohibidas a este nivel de uso, son muchísimo más invasivas y conllevan un riesgo mucho mayor de causar daños físicos y psíquicos al sujeto que aquéllas llevadas a cabo por la mayor parte de los Capítulos de Marines Espaciales.

Por estas razones, si acaso no existen otras, estas técnicas raramente son empleadas, pues la mayor parte de los Capítulos consideran que el entrenamiento estudiado y la erudición sobre el campo de batalla de sus reclutas tienen una significación casi sagrada para ocupar su lugar al servicio del Capítulo, además de desempeñar un papel clave en templar el alma del guerrero.

HONORES DE BATALLA MÁS NOTORIOS
La Supresión de la Herejía de Macharius y el Incidente Euxcino [alrededor de 053-077.M41]

Tras la muerte del General Solar Macharius, los grandes dominios que había conquistado para el Imperio cayeron en la guerra civil y la anarquía, y con los Capítulos de Marines Espaciales alzando sus espadas los unos contra los otros, los Altos Señores se vieron obligados a actuar con decisión. Llamaron a varias oleadas de Capítulos de Marines Espaciales de refresco para que tomaran parte en el conflicto civil y le pusieran fin exterminando las fuerzas heréticas y llevaran el orden a la región.

Uno de los Capítulos que operó bajo las directrices de los Altos Señores fue el de los Minotauros, un Capítulo que no había sido visto desde hacía milenios. Se trataba de un Capítulo basado en una flota, con pleno equipamiento y con todas sus fuerzas; los Minotauros lucharon como una fuerza cohesionada que golpeó como una serie de brutales hachazos a las fuentes del cisma y el desorden, labrándose rápidamente una sangrienta reputación al ejecutar las órdenes de los Altos Señores sin dudar ni desfallecer.

Durante la supresión, los Minotauros formaron la punta de lanza del grupo de combate que desbarató el pequeño imperio del Coronel rebelde Lyrias del Undécimo Cuerpo Acorazado de Khandu, haciendo que los Land Raiders del Capítulo volaran por los aires los famosos tanques de la elite khandusina, los “Inmortales”, en las llanuras heladas de Cyros Primus. También llevaron a cabo un Exterminatus en el mundo colmena de Duval y en los reinos de la espada del Racimo Esperanza.

Asimismo, en el planeta oceánico de Nereus, cazaron y exterminaron a los restos de la Cuarta Compañía del Capítulo de los Paladines Imperiales, quienes habían sido poseídos por unos xenos, en los laberintos de las ciudades caverna subacuáticas, envenenando los mares de este antaño vital mundo agrícola.

La acción en la cual los Minotauros se ganaron con mucho su peor reputación durante la Herejía de Macharius fue la práctica destrucción de dos Capítulos de Marines Espaciales que se habían trabado en conflicto. Estos Capítulos eran los Guerreros de Condenación y los Originadores. Antiguos aliados en la Cruzada de Macharius, llegaron a las manos por una cuestión de honor y se enzarzaron en un conflicto que se dilató en el tiempo y en el que lucharon bajo unas reglas de enfrentamiento predeterminadas en el Sistema Euxcino.

Cuando los dos Capítulos trabados en la lucha rehusaron atender las llamadas para poner fin al conflicto y ayudar a la pacificación, se envió a los Minotauros para separar a ambos y poner fin al conflicto.

Sin preocuparse por las causas o los derechos de los dos Capítulos, los Minotauros atacaron con la totalidad de sus fuerzas, pillando desprevenidos a los combatientes y diezmando a ambos Capítulos en su ataque inicial. Superados y dispersos, los Guerreros de Condenación abandonaron el sistema casi inmediatamente en una retirada apenas organizada; sin embargo, con la mayoría de sus naves destruidas o capturadas en órbita, los Originadores se encontraron atrapados en el Sistema Euxcino ante la ira de los Minotauros. Metódica y sistemáticamente, el venerable Capítulo de Segunda Fundación fue rodeado y lentamente despedazado hasta su destrucción, hasta que los últimos restos de Marines Espaciales Originadores supervivientes se vieron forzados a aceptar una humillante rendición.

Menos de un centenar de Hermanos de Batalla de los Originadores sobrevivió al Incidente Euxcino, mientras que los Minotauros arrebataron a los caídos numerosas reliquias para sus propias armerías y se apoderaron de la nave insignia del Capítulo, un transporte de asalto de los tiempos de la Gran Cruzada que había servido a los Originadores desde su fundación, como trofeo de guerra.

Que un Capítulo tan antiguo y venerado, descendiente directo de los Ultramarines, pudiera ser casi aniquilado de esta manera, y con el acuerdo tácito de los Altos Señores, llegó a estremecer a numerosos Capítulos de Marines Espaciales que oyeron hablar de ello. Los Minotauros fueron denunciados en Ultramar por sus atrocidades y se les prohibió entrar en sus dominios. Otros descendientes del linaje de Guilliman han jurado desde entonces venganza contra el Capítulo cuando surja la oportunidad y su honor se lo permita.

El asedio de Casaubon, la Defensa de Hermetica [760.M41]

La capital de Sector Chonma, en el Segmentum Solar, el vital mundo colmena de Hermetica, se vio bajo un asalto en masa por parte de una enorme horda mutante de millones de efectivos, dirigida por el Apóstol Oscuro Leyak el Devorador, de los Portadores de la Palabra, en 659.M41.

El ataque del Caos provino de una brecha en la Disformidad que se abrió en los límites del sistema y fue ejecutado por un pecio espacial de dimensiones colosales denominado “Paradoja de Pesadilla”. Aunque Hermetica se encontraba bien defendida, debido a lo repentino de la acometida y la escala del ataque del Caos, las defensas exteriores del sistema se vieron sobrepasadas muy pronto, y las colmenas transcontinentales de Hermetica se convirtieron al poco en campos de batalla en los cuales sus atribulados defensores lucharon desesperadamente contra la marea de horrores malditos que les asaltaron.

El Capítulo de los Minotauros fue la primera fuerza de fuera del Sistema en responder a las ahogadas llamadas de ayuda de Hermetica, y valiéndose del poder artillero de su flota para brindarse cobertura, aislaron a los invasores de la órbita y rápidamente asaltaron el principal bastión del Caos en el planeta en la Colmena Casaubon, el cual se encontraba en la Basílica de San Lehsor el Ancorita. El asalto de los Minotauros fue devastador e indiscriminado, y tras un intenso bombardeo de sus zonas de desembarco, entraron en tromba en las plazas y templos del distrito de la catedral, sin preocuparse por el coste, en columnas acorazadas. El avance de los Minotauros fue imparable, volando por los aires cualquier punto fuerte que encontraron a su paso y aplastando al enemigo junto con miles de civiles atrapados que huían de la matanza pero que no tenían dónde hacerlo.

En breve, el propio complejo catedralicio fue rodeado y bombardeado; su aguja de un kilómetro de alto, derribada en un fuego cruzado de turboláseres de las Cañoneras Thunderhawk de los Minotauros. En esta tormenta de escombros y ceniza, los Exterminadores y las Escuadras de Asalto del Capítulo atacaron para aniquilar a los supervivientes, dirigidos por el Señor del Capítulo, Asterion Moloc, quien encabezó el ataque. Abriéndose paso hasta las profundidades de las bóvedas de la Basílica, fue Asterion Moloc quien acabó con los guardaespaldas poseídos de Leyak e infligió una herida mortal a su monstruoso y encorvado señor. Pero antes de poder asestar el golpe definitivo al Apóstol Oscuro, éste escapó a la Disformidad gracias a sus artes oscuras.

La degenerada marea siguió luchando, pero sin liderazgo ni dirección, de modo que fue neutralizada y contenida hasta la llegada del 17º Grupo de Batalla Imperial y Regimientos de la Guardia Imperial de Necromunda, que purgaron el mundo de la mácula del Caos. Desviado de su curso por impactos de cañón nova, el pecio “Paradoja de Pesadilla”, ahora en silencio, permanece en una órbita de cuarentena en los límites exteriores del Sistema, a la espera de un examen detallado por parte de los Caballeros Grises y el Adeptus Mechanicus.

DISPOSICIÓN EN LA GUERRA DE BADAB

Los Minotauros llegaron para tomar parte en la Guerra de Badab en 907.M41, en respuesta al requerimiento directo del Legado Inquisitorial Frain de que más Marines Espaciales se unieran a la causa leal. Para ese entonces, el conflicto se encontraba en su cuarto año de guerra abierta entre Capítulos de Marines Espaciales, y los Minotauros comprometieron la totalidad de sus fuerzas en la guerra, un total de diez compañías y once navíos de línea de distintas clases. Aunque los Minotauros coordinaron sus esfuerzos con el mando leal, operaron de manera muy independiente en el sur de la Zona del Torbellino, atacando objetivos entre las Estrellas Pálidas y los bordes estelares de la Deriva Estelar Dene.

En estas batallas, la crueldad de la reputación del Capítulo de no dejar supervivientes entre quienes se les resistían creció rápidamente, y no tuvo parangón hasta la llegada de los salvajes Carcharodones a la causa leal. Los Minotauros obtuvieron sonadas victorias en este tiempo, destruyendo con eficiencia a las fuerzas secesionistas en Kyro y en los Mundos Cuervos, y fueron los Minotauros quienes finalmente tomaron el mundo de Vyaniah para los leales.

La tasa de muertos de su ataque sólo sería superada por la propia batalla final por Badab Primus. De todos modos, la acción por la cual su fama se extendería más allá del conflicto (a pesar de una deliberada supresión de los avances de la guerra por parte de la Inquisición) sería la absoluta derrota del Capítulo de los Lamentadores en una batalla naval de abordajes en el Sistema Optera en los últimos días de 908.M41.

Con la Barcaza del Capítulo de los Lamentadores seriamente dañada y habiendo sufrido el Capítulo secesionista gran número de bajas en la guerra, los Lamentadores se encontraban ampliamente superados y no les fue posible escapar cuando toda la fuerza del Capítulo de los Minotauros se vino sobre ellos. Los Lamentadores se vieron obligados a rendirse tras una cruenta batalla de diecisiete horas en la cual se llevaron a cabo acciones de abordaje y contra-abordaje, sufriendo ambos bandos unas bajas enormes.

Los Minotauros continuaron prestando servicio en la guerra a pesar de sufir importantes bajas, controlando el área meridional de la Zona del Torbellino para los leales durante el resto de la guerra. A medida que llegaron Capítulos de Marines Espaciales de refresco para continuar las etapas finales de la guerra, llevaron a cabo varias campañas punitivas contra antiguos mundos rebeldes, destruyendo puestos renegados y oponiéndose a las incursiones del Capítulo de los Ejecutores. En las últimas etapas de la guerra también fueron utilizados específicamente por sus renombradas habilidades en el arte del asedio.

Los Minotauros se retiraron de la Zona del Torbellino en 913.M41, tras la caída de Badab Primus, llevándose con ellos varias naves que habían pertenecido a los Lamentadores para reemplazar sus propias bajas. Los registros astropáticos señalan que el Capítulo se dirigía hacia el Segmentum Pacificus la última vez que fueron avistados, dirigiéndose hacia las guerras en curso en la franja occidental de la galaxia.

ANEXO

“Mi ilustre Señor:

Me temo que mis pesquisas encubiertas en el interior del Capítulo de los Minotauros tras su involucración en la reciente acción de Hermética han llegado a un punto literalmente muerto, el asesinato de mi agente Salco a manos desconocidas mientras intentaba recuperar informes de batalla clasificados de la Ciudadela de los Escribas.

Como sabéis, mis investigaciones oficiales han sido totalmente bloqueadas por el Comandante imperial local durante tiempo suficiente como para que las naves del Capítulo abandonen la órbita. De la sagacidad del Gobernador tan sólo colijo que tenía miedo. Más miedo de quienquiera que le hubiera ordenado bloquear mis acciones que de mi roseta inquisitorial. Una perspectiva inquietante, cuando menos.

Esto nos deja con poco más que la confirmación de que los informes de las investigaciones previas de la Inquisición y el Ministorum sobre los Minotauros fueron frenadas o desviadas al nivel más elevado, como s i acaso fuere necesaria mayor prueba. Dada la muerte de Salco, considero que el rastro se ha enfriado aquí y quizá ya no sea seguro para mí permanecer en este sitio. He enviado asimismo una copia de mi informe a un mensajero secundario en caso de posibles “incidentes”. Sigo siendo vuestro viejo camarada.

D.”

//Placa de datos encriptada, recuperada del naufragio del mercante “Orgullo de Júpiter”/023.769.M41//

No hay comentarios:

Publicar un comentario