jueves, 7 de julio de 2011

Los Aves de Presa

Nombre del Capítulo: Aves de Presa
Fundación: 2ª [M.31]
Mundo natal: Se han citado varios, como Numina, Ra, Malagua, etc. Se sabe que se encuentra en la Nebulosa Espiral Sutters.
Fortaleza-Monasterio: Designado como “Primus”
Semilla genética: Guardia del Cuervo
Descendentes conocidos: Ninguno confirmado, aunque se cree que se fundaron algunos antes de la Era de la Apostasía, cuyos registros se perdieron en aquel tiempo.

“Antes de buscar la victoria, asegúrate primero de hacerte invulnerable a la derrota” Primarca Corax, “Meditaciones sobre la Guerra y la Sombra”.

La historia de los Aves de Presa es quizá una de las más representativas de la adaptación y supervivencia contra todo pronóstico. Se han visto al borde de la extinción como Capítulo en varias ocasiones, pero han conseguido rehacerse y prevalecer allí donde otros Capítulos hubieran sucumbido. Junto con su firme determinación por sobrevivir, uno de los distintivos de la resistencia del Capítulo es su capacidad de adaptación a las circunstancias y de respuesta ante las circunstancias adversas. Ello ha templado su carácter, parece que con una mayor despreocupación o casi desconfianza respecto de consideraciones como el honor o la gloria, buscando la consecución de la victoria por cualquier medio necesario.

Esto se ha acabado concretando en una flexibilidad, más que rigidez, a la hora de hacer frente a circunstancias aparentemente insalvables, e incluso a retirarse para luchar otro día en aquellas situaciones en las que otros Capítulos más orgullosos hubieran resistido hasta la muerte. Los Aves de Presa valoran el arte de la ocultación, y utilizan el secreto y la sorpresa como armas primordiales de su arsenal.

La consecuencia es que siempre han cultivado la habilidad de ver las cosas con claridad en el fragor de la batalla y golpear justo en el corazón del enemigo, allí donde pueden causar más daño y lograr sus objetivos, sin sentirse atados por ningún dogma orgulloso o estricto.

Los Aves de Presa, un Capítulo de la Segunda Fundación, pertenecen al puñado de descendientes de la Legión de la Guardia del Cuervo creado cuando se les impusieron las reformas del Codex Astartes. La Guardia del cuervo había sufrido terribles bajas durante las guerras de la Herejía de Horus, lo cual limitó sensiblemente el número de descendientes que se podían crear a partir de su semilla genética. Se ha perdido gran parte de la historia de aquellos días del Capítulo, también para los propios Aves de Presa, incluso el nombre del fundador del Capítulo.

Una leyenda apócrifa sugiere que los Aves de Presa tienen su origen en una Compañía de nuevos iniciados que se encontraba recibiendo entrenamiento en el mundo natal de la Guardia del Cuervo, Deliverance, cuando ocurrió la desastrosa masacre de la zona de desembarco que golpeó tan duramente a la Guardia del Cuervo, y que no participó en algunos de los oscuros hechos que les acontecieron a la Guardia del Cuervo en sus intentos por recuperarse.

Esta Compañía serviría posteriormente con honor en las postrimerías de la Herejía de Horus, y se le concedería el honor del estatus de Capítulo tras las reformas de Guilliman. Por los datos fragmentados que subsisten, el naciente Capítulo de los Aves de Presa comenzó su servicio al Imperio como una fuerza con base en una flota, combatiendo por primera vez en la persecución de las Legiones Traidoras que todavía causaban estragos por todo el Imperio.

Algunos siglos después se concedió en propiedad un mundo a los Aves de Presa en los bordes del Ojo del Terror para que les sirviera de baluarte contra las incursiones del Caos. La historia del Capítulo empieza a oscurecerse cuando se cree que su primer mundo natal, cuyo nombre se ha perdido, fue destruido en algún momento durante la Cuarta o tal vez Quinta Cruzada Negra, y el Capítulo mismo aparece como destruido o desaparecido en combate en varios registros en M.37.

No será hasta las grandes batallas de las Guerras Caberíadas, cerca de dos mil años después, que los Aves de Presa volverán a aparecer con toda certeza en las órdenes de operaciones del Imperio como un Capítulo con todas sus fuerzas. Los Aves de Presa operan en la actualidad desde un mundo en el interior de la densa Nebulosa Espiral Sutters, en la región septentrional del Segmentum Solar, aunque de qué mundo concretamente se trata dentro sus brillantes profundidades, es un dato sobre el que guardan silencio deliberadamente.

ORGANIZACIÓN

Los Aves de Presa siguen la línea de sus progenitores, la Guardia del Cuervo, al seguir a grandes rasgos la organización y previsiones recogidas en el Codex Astartes, pero en cuanto Capítulo, los Aves de Presa ven el Codex más como una guía altamente efectiva y de probada validez estratégica y operativa que como un dogma inviolable que deba ser obedecido sin rechistar. Por ello presentan un alto grado de flexibilidad en sus despliegues y estructuras, y en combate favorecen el uso de tácticas de ataque relámpago por encima de todo.

Su puntería es legendaria incluso entre sus compañeros Marines Espaciales, y los Aves de Presa son famosos por rechazar a menudo la gloria del combate cuerpo a cuerpo por la simple conveniencia de matar a distancia. Igual que sus progenitores de la Guardia del Cuervo, los Aves de Presa hacen un amplio uso de sus exploradores, repartiéndolos entre sus fuerzas de combate, y mantienen un nada despreciable contingente de Land Speeders de todo tipo, así como un núcleo de diversos vehículos blindados. Prefieren emplearlos junto con sus unidades de asalto, en ataques quirúrgicos de precisión para superar al enemigo en momentos estratégicamente cruciales de la batalla, después de determinar cuál es el punto más efectivo donde ejercer presión y romper así al enemigo.

Se incentiva el pensamiento individual en todos los niveles dentro del Capítulo; es sabido el hecho de que los Capitanes de Compañía son muy autónomos, tanto operativamente como en términos de los métodos de hacer la guerra. El Capítulo también es conocido por valerse de tácticas poco ortodoxas y buscar siempre soluciones específicas, como patrones de camuflaje específicos para cada zona de guerra, infiltración, maniobras complejas, tácticas de guerrilla y el uso de unidades mixtas ad hoc para determinadas misiones.

La historia conocida de los Aves de Presa, incompleta como es, ofrece numerosos ejemplos de cooperación con otras fuerzas imperiales e incluso con milicias locales, y allí donde se ha considerado estratégicamente conveniente, incluso han llegado a asumir su mando directo. Esta última desviación de los preceptos del Codex Astartes ha hecho que algunos Capítulos les miren con algo de recelo, por el temor a la excesiva acumulación de poder, algo de lo que, de todos modos, los Aves de Presa jamás han dado muestra alguna.

En los últimos milenios se ha observado que los Aves de Presa han venido actuando con mucha independencia como Capítulo, luchando por todo el Imperio allí donde les ha llevado la marea de la guerra, y volviendo a juntarse únicamente cuando la fuerza del enemigo ha sido lo bastante poderosa como para requerir la actuación del conjunto entero de un Capítulo.


HONORES DE BATALLA MÁS NOTORIOS


La campaña de Sancta Angelis [339.M39-370.M39]

Aislados del resto del Imperio por una serie de tormentas de disformidad en el noroeste galáctico del Ultima Segmentum, una fuerza de combate de los Aves de Presa llevó a cabo una exitosa campaña de treinta años contra el emergente poder del ¡Waaagh! Irongol en el Racimo Sancta Angelis. Durante esta campaña, los Aves de Presa llevaron una guerra de guerrillas al mismísimo corazón de los dominios orkos, atacando a docenas de clanes en distintos mundos.

En estas batallas, el Capítulo, carente de todo tipo de apoyo o refuerzos del exterior, fue empleando tácticas cada vez más heterodoxas y saqueando los suministros del enemigo para poder conseguir la victoria. Gracias a las incursiones del Capítulo, el siempre inestable liderazgo orko se empezó a fragmentar, y los distintos clanes y caudillos empezaron a pelear los unos con los otros.

Estas desavenencias permitieron a la fuerza de los Aves de Presa concentrar toda su fuerza en un ataque directo contra Irongol en una cruenta batalla en los desiertos de ácido de Bantax, matando al Kaudillo del Clan Kráneo de Muerte y a su fuerza de cien guardaespaldas en megaarmadura en un agotador combate de seis horas. Con Irongol y sus lugartenientes muertos, los Orkos del Racimo rápidamente se enzarzaron en unas sangrientas guerras intestinas para conseguir hacerse con el control, lo cual supuso el fin de la amenaza del ¡Waaagh!, mientras que los Aves de Presa se retiraron para esperar que la tormenta amainara y así poder regresar a casa.

La Campaña Sulsálida, Rebelión del Cuarto Cuadrante [775.M41-777.M41]

La llamada Rebelión del Cuarto Cuadrante quizá se trate de la guerra civil más grande que afectó al Imperio en más de un milenio, y en realidad se trató de una serie de guerras, revueltas y alzamientos secesionistas que sacudieron a cerca de la cuarta parte del Segmentum Solar y algunos sistemas adyacentes.

Estos conflictos resultaron muy difíciles de sofocar, pues no había un enemigo único o una causa común tras ellos, sino sólo las innumerables y enraizadas disputas fruto de muchos siglos de desgobierno y salvaje opresión por parte de una serie de corruptos comandantes imperiales. Estas contiendas civiles empeoraron muy rápidamente en cuanto se empezaron a suceder los ataques de cultos del Caos, renegados y fuerzas xenos, que de manera muy oportunista aprovecharon la reinante anarquía que estaba generando la rebelión.

Más de una docena de Capítulos de Marines Espaciales se vio involucrada en el conflicto, ayudando a una u otra facción, o bien simplemente defendiendo sus propios territorios, mientras que otros acudieron a la llamada del Imperio para pacificar el Cuadrante y poner término por fin a las luchas. En esta última categoría se encontraban cuatro Capítulos: Los Ángeles Oscuros, los Aves de Presa, los Portadores de Cráneos y los Lobos Rojos, quienes llevaron la mayor parte del peso de acabar con la rebelión. Cada uno de estos Capítulos luchó con la totalidad de sus efectivos, lo que para los Aves de Presa supuso toda una excepción respecto de su modo habitual de presentar batalla.

Además de acabar con el dominio de los infames piratas adoradores del dios de la sangre de la región de las Marchas de Tormenta en el Cuadrante, en una campaña de tres años librada junto con los escuadrones de elite de la Flota de Batalla Solar, los Aves de Presa asumieron la tarea de acabar con los traidores del Subsector Sulsálido. Cuando estalló la rebelión, los poderes y personalidades de Sulsálida renegaron de sus señores y cardenales y se decantaron a favor de las abominaciones del “progreso” y la “democracia”.

Al momento el Imperio supo que esa sediciosa corrupción se podría extender rápidamente, y el Adeptus Terra encomendó a los Aves de Presa que aplastaran la herejía tan rápidamente como les fuera posible. Para cumplir sus objetivos, los Aves de Presa asumieron el mando directo de varias fuerzas de combate imperiales que habían sido rechazadas por las fuerzas traidoras en Auranar, la capital del Subsector. Reforzaron y redirigieron los asaltos de la Guardia Imperial, usándoles como cobertura para sus propias acciones letales contra las líneas de suministro y aprovisionamiento.

En poco tiempo se produjo la desorganización de las fuerzas traidoras y la red de distribución de Auranar se vio cercenada en una docena de lugares vitales, cortando vitales vías de suministros y comunicaciones. Los traidores cedieron ante el asalto masivo de la Guardia Imperial, pero fueron las escuadras de asalto y las Thunderhawks de los Aves de Presa las que allanaron el camino a los palacios celestiales de los Ordinatores Sulsálidos en las batallas finales de la campaña y los pasaron por la espada, acabando con esta revuelta con una eficiencia despiadada.

DISPOSICIÓN EN LA GUERRA DE BADAB

Los Aves de Presa se involucraron en la Guerra de Badab como respuesta a la llamada de ayuda del Legado inquisitorial Frain contra los secesionistas. Llegaron en 906.M41, junto con los contingentes de los Halcones de Fuego, los Salamandras y los Escorpiones Rojos. Los Aves de Presa desplegaron una fuerza combinada equivalente a cuatro Compañías, lo cual suponía una inusual reunión de fuerzas para el Capítulo; el contingente se hallaba compuesto por las Segunda, Quinta y Sexta Compañías, reforzadas por un destacamento de las reservas de asalto, así como una buena parte de la Compañía de Exploradores.

Esta fuerza estaba al mando del Señor del Capítulo, Lias Issodon, un experimentado guerrero experto en el arte de la ocultación y de la guerra móvil, en lo cual su Capítulo destacaba. Los elementos de la flota asignados a esta fuerza se hallaban capitaneados por la barcaza de combate Garra de Guerra, acompañada por dos cruceros de asalto, el Arias Vex y el Cazador en la Sombra, y dos escuadrones de escolta, cada uno compuesto por cinco fragatas clase Gladius.

Aunque Lias Issodon, en cuanto experimentado Señor del Capítulo, se ofreció para mandar la fuerza combinada de Marines Espaciales leales durante la campaña, el taciturno, casi siniestro señor de los Aves de Presa fue desplazado por Carab Culln de los Escorpiones Rojos, quien fue elegido entre sus iguales para hacerse cargo del mando estratégico. Tanto él como los Aves de Presa aceptaron sin problemas esta decisión, renunciando al mando a favor de los Escorpiones Rojos sin ningún tipo de reserva.

Los Aves de Presa mantuvieron una excelente relación con los Escorpiones Rojos durante toda la guerra, creando muchos vínculos de sangre y otras alianzas permanentes con ellos, un acontecimiento quizás sorprendente, teniendo en cuenta los estilos y creencias diametralmente opuestos de ambos Capítulos, que desde luego no podían tener caracteres más distintos.

Los Aves de Presa prestaron servicio en la línea del frente durante el siguiente año y medio de la guerra, destacando en ese período la gloriosa victoria del ataque relámpago de la Operación Sedna (ver apéndice). Operaron como una fuerza de reserva móvil para las principales líneas de batalla leales, una tarea para la que se encontraban bien preparados, mientras que la Garra de Guerra se convirtió en el terror de las fuerzas incursoras secesionistas, las cuales se encontraron al poderoso navío esperándolas en más de una ocasión.

Todos estos enfrentamientos hicieron sufrir a los Aves de Presa numerosas bajas en algunos de los enfrentamientos más duros de la guerra (se estima que, para 907.M41, sus bajas podían oscilar ya entre el 35 y el 60% de sus efectivos iniciales). El mayor número de bajas lo sufrieron durante la contraofensiva secesionista en el Sistema Gargathea, en una brutal lucha cuerpo a cuerpo contra una fuerza conjunta de Garras Astrales y Guerreros Mantis en los pantanos corrosivos de ese mundo. Los Aves de Presa sufrieron importantes bajas y destrucción de vehículos, pero fueron claves en la victoria leal en ese mundo venenoso. En realidad sólo ellos podían igualar el talento de los Guerreros Mantis en emboscadas y astucia.

A medida que la guerra arreciaba, los daños que iba sufriendo la fuerza de combate se convirtieron en un serio problema, especialmente tras la pérdida del crucero de asalto Arias Vex, que fue destruido por una brecha en el reactor durante los combates sobre Gargathea, mientras que la poderosa barcaza de combate Garra de Guerra sufrió serios daños durante la Operación Sedna y necesitó importantes reparaciones, aunque pudo seguir participando en docenas de operaciones hasta el fin de la guerra. No pudiendo seguir siendo considerados una fuerza de combate efectiva, los Aves de Presa recibieron la orden de retirada en 908.M41.

Aunque la retirada de los Aves de Presa supuso ostensiblemente una medida para permitir que el resto del Capítulo pudiera reagrupar sus fuerzas y participar en las guerras emergentes en el Segementum Ultima, circularon algunos rumores de desconfianza del Legado inquisitorial Jarndyce Frain hacia los Aves de Presa en general y hacia su secretista Comandante Lias Issodon en particular. A pesar de su retirada, se tiene constancia de que el Cazador en la Sombra y una pequeña fuerza elegida permanecieron todavía durante un tiempo en la Zona del Torbellino.

Anexo especial: Operación Sedna

La mayor victoria de los Aves de Presa durante la guerra ocurrió durante la batalla por la fortaleza defensiva polar de Surngraad que inició la campaña para la liberación del planeta. Los emplazamientos de láseres pesados y misiles tácticos de la fortaleza hacían prever que un asalto de sus vitales complejos industriales septentrionales sería una verdadera sangría, además de estar guarnecidos por tropas locales y una fuerza de tamaño Compañía de los Garras Astrales.

Los Aves de Presa asumieron la responsabilidad del asalto como propia y trazaron un plan verdaderamente heterodoxo para ejecutar lo que denominaron Operación Sedna. Usando la cobertura de varios ataques de diversión en las regiones ecuatoriales, desembarcaron en secreto el equivalente a dos Compañías de hermanos de batalla con armaduras de camuflaje a unos trescientos kilómetros del blanco elegido.

Sin usar material pesado ni vehículos, para lograr así una reducida exposición al auspex y a los detectores termales, la partida de guerra se abrió en abanico y avanzó a pie durante semanas sobre los resbaladizos bloques de hielo y la amarga tundra para alcanzar posiciones de asalto, permaneciendo en cuerpo a tierra y avanzando únicamente cuando encontraban la protección y cobertura de las frecuentes ventiscas y tormentas eléctricas que azotaban toda la zona septentrional de Surngraad.

Un simple error podría haber delatado su posición y hubiera supuesto sin duda su destrucción, pero los Aves de Presa alcanzaron su objetivo sin ser detectados y atacaron al amparo de un cegador vendaval, abriendo una brecha en las murallas de la fortaleza y saboteando los silos de misiles, a pesar de sufrir serias bajas. Una vez silenciadas las armas polares, los Aves de Presa y los Salamandras atacaron con todos sus efectivos, con las cápsulas de desembarco y las Thunderhawks descendiendo de los cielos para liberar el helado Surngraad en una tormenta de fuego.

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